Safo - poesía

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Me parece que igual a los dioses

aquel hombre es, el que sentado

frente a ti, a tu lado, tu dulce

voz escucha

y tu amorosa risa. En cambio,

en mi pecho el corazón se estremece.

Apenas te miro,

la voz no viene más a mí,

la lengua se me inmoviliza, un delicado

incendio corre bajo mi piel,

no ven ya mis ojos

y zumban mis oídos,

el sudor me cubre, un temblor

se apodera de todo mi cuerpo y tan pálida

como la hierba no muy lejana de la muerte

me parece estar. . .

Pero todo debe soportarse si así es.



Mucho se dice sobre ella, yo me limito a dejar su más conocido epitalamio....


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